Reconozcámoslo, somos una generación que adora a Marisol. Quizás, la anterior le tenga tirria y la viese como una cosa caduca de la época de sus padres (¡menuda desfachatez, estos viejales pretenden que vea a la repipi esa!), y la posterior la desconozca por completo (¿Mari... qué? ¿Ésa no es una de las Bratz latinas?), pero nosotros la queremos con devoción.
Nuestra generación, tan pretendidamente pop y naif, la abrazó con fruición y nos vimos todas sus películas en esas tardes interminables de sábado amarriditos a nuestros abuelos, que nos dejaban pasar las horas tontas ante la tele, porque, total, qué mal nos podía hacer la niña prodigio por antonomasia. Y cantamos todas sus canciones, porque quién no ha entonado alguna vez “tómbola, tómbola, la vida es una tómbola tom tom tómbola” sin saber aún cuánta verdad encerraban esas palabras. O “hola, hola, no vengas sola, hola, hola, hola, ven con tu amor” emulando esa boquita piñonera que ponía la niña española más rubia de todos los tiempos.
Y vamos que no vino sola, vino acompañada de toda la miseria sórdida de la posguerra franquista. Esto es, una familia llena de críos y muerta de hambre, una niña explotada hasta en su primera menstruación e incluso un homosexual metido a pedófilo salvador. Con esa trama uno hace una película y luego le acusan de que si tiene mucha fantasía, que esas cosas sólo pasan en la ficción. Anda que no pasan, que se lo preguntan si no a Pepa Flores.
Y gracias a Hormigas blancas descubrimos ese trasfondo turbio que ya intuíamos, porque ahora ya adultos (o eso dice nuestro DNI) no nos acabamos de creer que todo es de luz y de coloooooooooooooor. Pero no todo van a ser desgracias, porque también pudimos ver a Marisol con Harpo Marx, cantando en japonés o cómo murió su caballo Cabriola (el momento luctuoso de la noche). Y más que el desfile de novios que se le atribuyeron, a mí me apasionó más todos los modelitos que lució (con más de uno me pertrechaba yo para pasar el resto del invierno).
Así que todo el mundo a ver Hormigas blancas, no todos los días hablan de nuestra niña prodigio favorita. Además, hay espectáculo doble, porque a la par uno puede deleitarse con la chochez mental en la que está derivando Jimmy Jiménez Arnau. Cada vez está peor y da menos pie con bola. Yo pa mí que lo tienen ahí por lástima, como niño prodigio de la exclusiva que ahora no se puede pagar la jubilación. Ay, Jimmy, Jimmy, tú también necesitas que te visite un ángel.
Inédita
Il Mio Monde E Qui (¿de qué equipo es el escudo?
Porrompero para TVE Versión 2001 (pop en estado puro)
Hormigas Blancas 1#
Hormigas Blancas 2#
Hormigas Blancas 3#
Hormigas Blancas 4#
Galas del sábado noche:
Tengo el corazón contento:
Fuente: La página en Chino de Pepa Flores y Albúm de Yahoo Meconformo, Vídeos de Youtube en Permut20, Galizc2007 y Un rayo de Luz,
domingo, septiembre 9
Marisol, nuestra chica preferida (jóete Ana Belén)
Publicado por Tok en 9:11 p. m.
Etiquetas: hormigas blancas, inedita, marisol, pepa flores, tombola
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