lunes, diciembre 10

Chang o Lin o ¿por qué no nieva en invierno?




Es bastante complicado hacerse a la idea de que es Navidad con este tiempo. Entre el calor que tenemos dentro y el poco frío que hace fuera, nada, no nos aclimatamos. La culpa es de la tele, como siempre, que nos vende lo de las blancas navidades. Y uno acaba creyéndose que todo el mundo vive en la costa este americana y tiene que salir por la mañana a abrir un caminito con una de esas enormes palas mientras saluda entre dientes al padre de daniel el travieso. Y claro, pues uno se frustra. Y si me frustro yo que soy un mono tropical, un superviviente nato que me hago a todo, no quiero ni pensar como deben estar algunos. Empezando por los que viven de la nieve, y no solo me refiero a los que regentan refugios alpinos e instalan chimeneas acogedoras, no, no, tan sencillo como los que venden abrigos, botas o castañas. Así que aquí estamos mis primos y yo pacientemente mirando al cielo esperando que caigan copos blandos y esponjosos, pero nada.

Sostiene la que paga mis facturas que la nieve es una mierda, que es peligroso comerla, que enseguida se pone negra con el humo de los coches y que no se ha inventado bota que evite las caídas en los pasos de cebras. Sostiene que la nieve moja más que la lluvia y que la sal agrieta los firmes y estropea los paseos. Sostiene que debería ser inconstitucional que nevara por debajo de los 800 metros y en ciudades de más de 5000 habitantes. Pero mis primos y yo nos nos creemos nada, que la gente del norte es de un exagerado insufrible....