Que mal se pasa, que mal, que mal. Que disgustos da el fútbol y eso que no tenía ni porra para ganar. Pero a mi esto no me vuelve a pasar. Me abono a Italia y a Brasil hasta el final.
Mira el pobre David con apoyo familiar y todo, y lo mal que lo pasa. Acaba de terminar el partido de Inglaterra vs. Portugal y se ha ido llorando lesionado, con un sofoco.
Este testimonio es épico y apunto que ni en estas desagradables circunstancias pierde el aplomo, el glamour y el fijador.
sábado, julio 1
Hasta la bilis
Publicado por Tok en 8:58 p. m.
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