martes, diciembre 23

¿Adivinen que cenamos esta Navidad? Sí Pato a la Naranja (ay que ocurrentes somos, me parto y me mondo)


Este año ha sido raro, muy raro. Hemos prometido tantas veces tantas cosas que nos hemos perdido el respeto a nostros mismos. Facebook nos ha matado. Nos ha matado. Eso y la agenda de nuestros tutores legales en este país. Hemos tenido una etapa de ira, otra de depresión, otra de despecho, y finalmente hemos acabado enganchados al azúcar y a la televisión robada de internet. Desde las olimpiadas hemos tenido una depresión post-exceso chino que nos dejó hechos polvo. Mis primos y yo solo hablabamos de lo bonito que fue todo y de lo poco que duró. Ya nada nos llamaba la atención. Y mientras todo el mundo dejándose mensajes en la horterada esa del Facebook. Que eso es una mierda que no hay ni fotos decentes ni chicas guapas ni nada de nada. Porque todo el mundo sabe que las chicas guapas no ligan por internet, ni por teléfono, ni en los bares.
Pero miremos al futuro sin acritud. Aprovechamos estas fiestas navideñas donde todo el mundo le está dando al ocio y al consumismo ignorando la crisis (jijij ¿que decíamos nostros del capitalismo?), para ponernos en marcha-marcha, como los monos de Madagascar. Estamos muy motivados y muy inspirados. Así que nada Felices Fiestas, hemos vuelto. Hemos venido para quedarnos. ¿No nos cree? Bueno por si acaso tenga cuidado de no confundir lo chino con lo japonés. Le estamos vigilando.