He aquí las fotos. He aquí la hazaña. El único mérito que puedo atribuirme es de haber deducido la agenda de Beyoncé y unir el hecho de que estaba en Madrid a la atracción que sienten las estrellas por la casa Dior. El resto es trabajo de ilove. La decisión de esperar en un banco mientras chispeaba sobre Madrid justo enfrente de la casa Omega (que para mi que los dependientes pensaban que estábamos calculando la potencia del coche para un alucinaje de esos), la de decidir acercarse en el momento clave, y alternar como si de un profesional del robo de instantáneas se tratase, el móvil (gracias pisuke) y la cámara de fotos, que como manda la ley de murphi apenas tenía batería.
Vamos que yo no vi a la estrella. Puedo jurar por el éxito comercial de la próxima película de Takeshi que fuímos los primeros en crear el efecto masa. Y que este se creó en toda regla. Acabé desde atrás, porque a mi los codos de la gente me ponen nerviosa, dando información a los transeúntes cuya fiabilidad era cien por cien nula. Así que yo aclaraba: es Beyoncé creo, porque nadie la ha visto. Al que vi bien fue al escolta. Al negro espigado este del paraguas, que me imagino no tendrá tanto talento como Jay Z pero está mucho más polvo. Así debe dar gusto viajar.
Nota: el evento duro décimas de segundo. No sé como pueden trabajar los profesionales de esto. Eso sí pararon el tráfico en pleno Ortega y Gasset para pasar a la furgo-tintada como si Beyoncé en vez de de compras estuviera de parto.
Fuente: Beijing Chic (cedemos los derechos solo para uso no comercial, jijiji)
martes, mayo 29
Beijing Chic celebra el aniversario con Beyonce (en sentido estricto)
Publicado por Tok en 3:04 p. m.
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