lunes, noviembre 5

Chan o Lin, recuperando la fe




La vida es muy irónica, a veces. Andábamos de capa caída quejándonos del espíritu español que no acabamos de entender (en que país se echa a Quique Flores y se premia a Miguel Bosé tsk, tsk....), y a todas estas reflexiones se sumaba el malestar de las goleadas, el desasosiego que produce que cuestionen al niño de tus ojos (pero que lleno de desagradecidos está el mundo). ¿Y el puente? ¿Pero no era que se va todo el mundo fuera?, ¿por qué teníamos que agarrarnos al bolso en princesa ante el temor de que la marabunta en compras prenavideñas nos hiciera salir volando a manos de algún vendedor de klinex de semáforo?

En estas estábamos, maldiciendo nuestra mala suerte, cuando en la sección souvenirs del Corte Inglés lo vimos: a él, al primo Shu! Con su equipación oficial, su sello y su garantía de que parte de su precio va a las arcas de nuestro adorado club! Y se hizo la luz! Compre y pague caballero. Y le sacamos de ahí, de la mezcla de toros, kuksumxus y señoritas vestidas de lunares, y desde entonces todo nos ha ido de cara. El sábado pasó lo que tenía que pasar, se recurrió a viejos lloros mezclando orígenes regionales y todo, y el domingo pudimos celebrar como debíamos la vuelta de la magia. Y a mi Rony que no me lo toquen que estamos hasta las narices de tanto análisis improvisado de crisis repentinas. A ver si vamos a tener que cantar lo de que " el que nunca hace nada"....

Nota: yo llevo la camiseta en un gesto de camaradería que solo se da en el deporte rey!