Ey. Para los maldicientes que dicen que nunca salimos y que creen que nos tienen como a los niños de Flores en el Ático (jiji). El otro día nos fuimos al cine. Y como no podía ser de otra manera para unos playboys como nosotros, por la cara y como promotores del cine asiático y bandera del grupo de presión por la supremacía china, en el preestreno. Jujuju.
Lo malo es que era o esperábamos al frío para ver a Vince Vaungh o nos sentábamos dentro comiéndonos nuestras palomitas y las de los asientos de al lado. Optamos por esperar dentro que los monos tropicales nos quedamos helados en ná.
Total que la peli era de esa que llamamos: "diga el argumento más absurdo que se le ocurra que un guionista lo hará película". Pensábamos que con Pequeño pero Matón se habían roto todos los récords, pero escuchen esto. La pelí va del hermano de Papa Noel. Resulta que Fred, el hermano, le pilla tirria a Nicolás (detalle de credibilidad), de puro bueno que es, en una época no datada, pero resulta que fíjate por donde, toda la familia Claus es eterna (la de los santos en general, aquí la credibilidad hace aguas), y resulta que justo en la época contemporánea, Claus y Fred van a arreglar sus desavenencias por culpa de un malévolo experto en eficacia que quiere cerrar el quiosco a Papa Noel.
Sí señores, es película y dura su hora y media larga. Sobre las dudas filosóficas, religiosas y éticas que plantea se podrían escribir tres betsellers, pero también tiene un momento niño-perro-regalo que nos puso al punto del moqueo así que... absuelta del cargo de alienación navideña!
La crónica de los pringados que esperaron fuera para ver al ex de la ex de Brad Pitt, o lo que es lo mismo dos metros de hombre con la nariz más chiquitita que hemos visto en un occidental, en:
http://beijingchic.blogspot.com/2007/11/beijing-chic-conoce-al-hombre-ms-alto.
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