miércoles, enero 9

Changolin, Godzilla vs. Piu Chan


Ay para habernos matao! Total que el día de Reyes nos decidimos a enfrentarnos a una realidad de la que llevamos años huyendo. Sabemos que el destino de muchos de los nuestros es acabar en sus garras, y no se pueden imaginar las leyendas que circulan en las factorías chinas sobre ellos: LOS BEBES.

Se mezcló la curiosidad, la adrenalina de los regalos, la ficción de la noche de Reyes, y zas, en una sobremesa de roscón y langostinos nos enfrentamos a ella: ANA. Esto es un bebé de carne y hueso. De seis meses para ser exacto. No se tiene de pie, apenas mantiene el equilibrio sentada, se hace pis y caca encima, no sabe hablar, solo da gritos agudos mitad rata-mitad cochinillo, y todo lo que come es fruta y verduras trituradas y su primer Danone. Pues ahí donde la ven, con todas sus limitaciones y con sus mini-dedos, que carecen prácticamente de fuerza prensora, no sabemos de donde sacó energía para agarrar a Piu Chan, estrujarle el flequillo, tirarle sobre la mesa y casi bloquearle con una llave de judo. Y es que pusimos al Piu Chan el primero, claro, porque era el único que en altura al menos tenía algunas posibilidad. Luego nos explicaron que no pasa nada, que es con cariño como te estrangulan los bebés, pero ya, ya, menos mal que los separaron a tiempo porque yo ya me veía teniendo que rescatar a mi primo y con el mochicle lleno de babas. ¿Y el Xing? Pues estaba, estaba, el muy cobarde, detrás de mi y dando instrucciones histérico: que se lo va a comer, que se lo va a comer!!!

Pero bueno si hemos salido de esta, podemos salir de cualquiera. Eso sí, yo solo veo a la niña como la gente que va al circo y le dejan acercarse a los leones: con una jaula de por medio, el domador de las fieras, y un látigo en la mano porque si hay que usar la violencia física.