martes, junio 5

El entrañable encanto de la progresía




Por muy trasnochado que parezca, a Cuatro le va lo progre. No lo puede ocultar. Pero no es la progresía de chaquetilla de pana y mayo del 68 que destila El País. Cuatro ha apostado por el talante de ZP: "sí, somos de izquierdas (¿??!!!!) pero de buen rollito. Tranquis, que no os vamos a salir con panfleto marxista-leninista, porque a nosotros nos va la buena vida, el caviar con huevos fritos y vestirnos en Elena Benarroch".

Y esta filosofía vital se manifiesta palpablemente clarinete las noches de los viernes. Mientras que las otras cadenas apuestan por el caballo ganador del entretenimiento puro y duro (ya sea hablando por enésima vez de la Panto en su debate rosa o con la recuperación de viejas glorias como Lluvia de estrellas), Cuatro se lía la manta a la cabeza y le da la vena reivindicativa. Empieza la noche con la denuncia desde el colegueo que supone Callejeros. Los reporteros cumplen una función indispensable de los medios de comunicación, aunque actualmente relegada por todos: dar luz a otras realidades, por muy crudas y poco agradables que sean. A pesar de su toque naif , Callejeros supone un notable esfuerzo. A éste, le siguen las recetas mágicas para hacer tu pequeño mundo algo mejor: Supenanny y S.O.S adolescentes. Programas efectistas donde los haya, en los que parece que todo resulta tan sencillo como chasquear los dedos. Estas Mary Poppins pasadas por la escuela de Paulov te provocan un sentimiento de desespero vital al acabar el programa: ¡¡Cómo puedo ser tan gili que a mí no me hagan ni puto caso y a ellas les resulte tan fácil!!, o bien, ¡¡Yo no tengo niños en mi puta vida!!

Y ahora, a la estela de éstos, surge Desnudas. (si quieres saber de él, lee la crónica)

Inédita